La catarsis empeñada en aparecer cada fin de año, comienza a invadir, a interrumpir las actividades cotidianas y la lectura de nuevos libros. En mi caso es difícil establecerle un calificativo a este año, que aunque lleno de nuevas experiencias trajo consigo el sabor amargo de despedidas dolorosas.
Estoy segura que en el futuro cuando algún curioso o curiosa pregunte por mi 2011, será inevitable sentir la tristeza que acompaña los recuerdos dolorosos, todo ello porque en 2011, una de las personas más importantes de mi vida murió, mi abuela.
El 2011 obligó a mi ser a superarse, a contenerse y a desahogarse, (a veces creo que también a expandirse). Ante las adversidades, también existieron luces.
En lo que respecta a la salud, mi año fue complicado. A pesar de ello, después de 10 años pude ponerle nombre a mi enfermedad, pude mirarla de frente y comprender, gracias a gente muy valiosa, que la disautonomía vive conmigo y no yo con ella.
Durante el 2011 he tenido oportunidades laborales importantes, además de propuestas que me emocionan para 2012. Conocí gente nueva y valiosa, aprendí de todos ellos y ellas, además de comenzar a tener la confianza suficiente para ir creciendo.
En el amor él, siguió siendo un gran apoyo, se quedó conmigo en los momentos en que no creía salir y me enseñó más y más cosas. Me enamoró mil y un veces más, de hecho sigue haciéndolo a pesar de que han pasado 2 años y medio de que todo tomó forma real.
Mis amigos y amigas me han demostrado que haberlos encontrado en el camino ha sido para mí un regalo enorme, sus pláticas, enseñanzas, confianza han hecho de mi un mejor persona. Gracias especialmente a Irene, Lizeth, Tobyanne, Mariano, Edgar, Beto, Julián, entre muchos y muchas otras...
Algunos otros acontecimientos, pusieron a prueba mi relación con personas que creía importantes, ahí también hubo pérdidas, confusiones y mentiras que dolieron. Sin embargo, la vida es un filtro y al final de cuentas sé que aquello no quedó en mis manos.
Conocí España, ello llenó de felicidad mi vida. A pesar de que en aquel momento mi salud estaba muy inestable, fui valiente y por cumplir uno de mis más grandes sueños me enfrenté a mis miedos y compartí unos lindos días junto a él y una de mis mejores amigas. Una satisfacción más fue saber que cada euro gastado fue producto de mi esfuerzo y trabajo.
Mi familia me demostró que pase lo que pase, siempre estará a mi lado. Mi madre y yo resolvimos problemas y choques pasados. He visto a mi hermana esforzarse y demostrarme que los sueños pueden cumplirse. Y a mí padre esforzarse por disfrutar más cada día.
El 2011, estará por siempre lleno de matices diversos, de aprendizajes muchos.